sábado, 24 de mayo de 2014

Decenario al Espíritu Santo

Desde el jueves 29 de mayo al sábado 7 de junio, víspera de la fiesta de Pentecostés, la piedad nos lleva a rezar al Espíritu Santo, dejándonos guiar por algún texto más o menos amplio. Ofrezco estos comentarios mínimos a la secuencia Veni Sancto Spíritu de la fiesta de Pentecostés para que no nos quedemos sin acudir a Él.   


VEN ESPÍRITU SANTO
Secuencia de la Misa de Pentecostés

AL EMPEZAR CADA DÍA:  - Ven Espíritu Santo, llena con tu gracias los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y habrá una nueva creación, y renovarás la faz de la tierra.
Oración: -Oh Dios que iluminaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo. Haz que conozcamos los rectos caminos y gocemos siempre de sus consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.

DÍA 1º .- “Ven Espíritu Santo y desde el cielo envía un rayo de tu luz”.
 Las tres divinas personas son luz. La luz es limpia, hace ver la realidad, calienta. Jesús es la Luz que viene al mundo acompañado por el Espíritu Santo. Le acompaña a Él siempre, por ser ambos Dios y, una vez que Él nos deja, hace que desde Pentecostés nos acompañe.

DÍA 2º.- “Ven padre de los pobres, ven dador de las gracias, ven luz de los corazones”.
 Todos somos pobres, espiritualmente hablando, y solo con la gracia y la luz podemos vivir y actuar bien orientados. Lo cual no impide que el caminar sea cosa nuestra, como la persona que anda por el bosque con una linterna: ve, pero las dificultades ha de vencerlas él.

DÍA 3º.- “Consolador óptimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio”.
En nuestras aventuras diarias hay momentos de apuro, de sobresalto. Si el Espíritu Santo está con nosotros encontraremos paz.

DÍA  4º.- “Descanso en el trabajo, en el ardor tranquilidad, consuelo en el llanto”.
A veces nos agobian los quehaceres y al querer arreglar las cosas nos preocupamos. Le pedimos descanso, tranquilidad, consuelo.

DÍA 5º.- “Oh luz santísima: llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles”.
La intimidad de nuestra conciencia es la que hay que mantener limpia e iluminada. Hemos de tener claras nuestras intenciones y tomar las decisiones debidas. Él puede llegar a nuestra intimidad mejor que nosotros.

DÍA 6º.- “Sin tu ayuda nada hay en el hombre, nada que sea inocente”.
 Después de Adán, las inclinaciones al mal son constantes. También a la indiferencia, a la pasividad. Nada de eso nos hace más felices. Le pedimos reaccionar.

 DÍA 7º.- “Lava lo que está manchado, riega lo que es árido, cura lo que está enfermo”.
Roguemos al Espíritu Santo que el agua del Bautismo nos sirva para volver a limpiar nuestras intenciones y para dar fecundidad a nuestras obras cristianas. Y si algo está enfermo, le pedimos que lo cure.

 DÍA 8º.- “Doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío, dirige lo que está extraviado”.
 Estas sensaciones de rigidez, frialdad, extravío, las podemos tener a veces con toda razón. Nos ha de hacer más flexibles, afectuosos, mejor orientados en los detalles que el amor de Dios nos sugiera.
 
DÍA 9º.- “Concede a tus fieles que en Ti confían, tus siete sagrados dones”.
Los dones del Espíritu Santo son sabiduría, inteligencia, consejo, ciencia, fortaleza, piedad y temor de Dios.

DÍA 10º.- “Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales el eterno gozo.  Amén”.
Esta es la meta a la que queremos llegar al final de nuestra vida, como nos enseña el Credo. Por tanto, pedimos con entusiasmo llegar a ella.


VENI SANCTE SPIRITUS

Veni, Sancte Spíritus,
et emítte cælitus
lucis tuæ rádium.

Veni, pater páuperum,
veni, dator múnerum,
veni, lumen córdium.

Consolátor óptime,
dulcis hospes ánimæ,
dulce refrigérium.

In labóre réquies,
in æstu tempéries,
in fletu solácium.

O lux beatíssima,
reple cordis íntima
tuórum fidélium.

Sine tuo númine,
nihil est in hómine
nihil est innóxium.

Lava quod est sórdidum,
riga quod est áridum,
sana quod est sáucium.

Flecte quod est rígidum,
fove quod est frígidum,
rege quod est dévium.

Da tuis fidélibus,
in te confidéntibus,
sacrum septenárium.

Da virtútis méritum,
da salútis éxitum,
da perénne gáudium.
Amen.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es algo muy simple pero recuerda la proximidad de la fiesta. Vale

Juana dijo...

No había previsto nada, así puedo empezar. Buscaré mi libro para continuar.