jueves, 2 de mayo de 2013

Día dos, segunda romería

Si, hoy es dos de mayo, segunda romería...

¿Qué es una romería? Tiene que ver con romero, ¿no? Ese romero oloroso, abundante, sencillo de encontrar, utilizado por la gente del pueblo.

Los romeros, gente de campo o amantes del campo. Que buscan el aire libre, hacer un poquito de ejercicio, de sacrificio, la convivencia sencilla con la familia y los amigos.

Pero no todos los romeros van en grupos copiosos, ni con toda la familia a cuestas. Ni van al campo, ni llevan el bocata y la bota de vino.
Madre, toda la gente que te acompañe es poca

Hay romeros urbanos, sin romero y sin parafernalias... porque no pueden, porque no les llega el tiempo. Los romeros urbanos han de aprovechar una hora entre y entre, estrujar el mediodía o aprovechar un viaje.
Los romeros urbanos/as se buscan entre ellos/as, se levantan más temprano, andan más deprisa. Incluso los romeros urbanos a veces han de acompañar a la Virgen ellos solos. No siempre encuentran compañía. No siempre es fácil. Los fines de semana, sí. Pero no todos los días son fines de semana, y la Virgen espera la romería sonriente.

Hay madres que quedan temprano y van a una ermita cercana, o a un santuario. A veces incluso asisten a una Misa que se celebra enseguida.

Los romeros rezan el rosario, un círculo de rosas que es un círculo de avemarías que se repiten circularmente. Un circulo que se acaba pero que podría a volver a empezar en cualquier momento. Al recordar a la Virgen unas palabras que a Ella le gustan tanto, porque le recuerdan personas y sucesos queridos, estamos pidiéndole que, cuando esté en la presencia de Dios, le cuente cosas buenas de nosotros. Que calle las malas, las desacertadas, y cargue la mano en las que nos han salido bien.

Dia dos, segunda romería. ¿Qué dificultad hay para vivir una cada día del mes? Es asequible. Basta con tener diez dedos para contar las diez avemarías de cada misterio de la vida del Señor que se considera.

¿Primer misterio...? La resurrección del Señor. Buen misterio porque, ¡menos mal que el Señor ha vencido los problemas de esta vida, que para Él fueron verdaderamente molestos y desagradables! Ha triunfado, se los ha dejado atrás.

-Jesús, resucitaremos contigo, los males de la vida no pueden ser lo definitivo. Hemos nacido para la alegría, para la amistad, para la fiesta. Esa fiesta que reside en el corazón y que no debemos marchitar. Si la perdemos, la recuperamos enseguida: -No me dejes, Madre mía

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es fácil seguir ese ritmo pero, visto como "romería urbana", casi se consigue.

Merche dijo...

Esta segunda mitad del mes hay que mejorarla. A mis amigas les encanta dedicarle un rato a la Virgen, para rezarle y pedirle por tantas cosas familiares y que se ven cada día, ¡pero qué difícil es arrancar! Eso sí, el grupillo del paseo mañanero siempre busca alguna imagen de la Virgen por el paseo marítimo. Esas no fallamos.