miércoles, 30 de marzo de 2011

Una película de dragones

Ya ha quedado claro que no es una película de dragones para niños, como creía aquel padre con un hijo pequeño. Más bien, la película requiere personas capaces de pensar a lo largo y a lo ancho, y de valorar las cosas. Nos parece que tiene varios planos dignos de consideración, entre otros estos:

1º Es la historia de dos niños que desarrollan su personalidad en una época turbulenta, de guerra y de pasiones. Por tanto, el ambiente bélico es lo primero que habría que reseñar. El idealismo republicano y anarquista se enfrenta al pragmatismo militar. Y entretanto, se suceden las barbaridades por uno y otro bando.

2º En un ambiente así, se forman personalidades muy distintas, con sus virtudes y defectos. Las dos más destacadas en la película son las de los protagonistas, pero hay otras muchas muy bien enmarcadas aunque sea con breves rasgos: Hilario, trabajador en la fábrica de chocolate; la niñera, la madre y el padre de Josemaría; el revisor del metro; Pedro, Juan, del grupo de jóvenes, también Olga y Oriol.

3º Josemaría es un niño con carácter, con un genio fuerte y rebelde, que protesta ante las adversidades dolorosas que ocurren en su familia. Pero poco después,  pasa a ser una persona capaz de sufrirlas con serenidad, al captar su trasfondo humano y espiritual. Sufre que lo persigan por ser sacerdote, pero lo entiende, porque sabe que se les ha confundido con los explotadores burgueses, como si fueran continuadores de su afán de poder y de riqueza. Esa comprensión emana a su alrededor paz y bondad.

Su amigo Manolo, por el contrario, no domina su contrariedad que se va convirtiendo en odio, en afán de revancha, en celos. Es un soberbio egoísta. No logra dominar los acontecimientos aunque lo intenta con violencia, y va dando tumbos. Nada le acaba de salir bien y va dejando víctimas a su paso.

4º Otro plano que se destaca es más elevado, sobrenatural. Josemaría ha llegado a ser un santo, seguido por personas de todo el mundo, a partir de aquel momento en el contempla, según la versión de Roland Joffé, a Jes´sus trabajando en la carpintería. Detrás de Josemaría muchas otras personas también se fijarán en Él. Y descubren que se puede amar a Dios y a los hombres a partir del trabajo, eje de los acontecimientos del mundo, aunque pululen dragones.

5º Por último, se muestra como aquellas personas que descubren algún bien humano, pueden ser felices incluso en un ambiente de tragedia. Olga y Oriol, anarquistas, vislumbran el amor e intuyen su eternidad. No ven a Dios, pero descubren ese aspecto notable de su obra creadora. Manolo el arrepentimiento casi muy tarde, después de muchos errores y de algún modo monstruoso de hacer el bien. El deseo de que su hijastro le perdone, le lleva a su confesión más dolorosa. Todo ello le devuelve la bondad de corazón que tuvo en su infancia, cuando jugaba con su amigo Josemaría.  

PD: Quizás te gustará la entrevista con una biznieta de Dolores Ibarruri y su opinión tras ver la película.

2 comentarios:

Lorenzo Díaz Gallardo dijo...

Muy bien, D. Francisco. Este comentario le irá muy bien a quienes quieran ver la película y a los que la hemos visto, nos enriquece más la opinión que hayamos sacado, en mi caso, muy buena. Saludos.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Una crítica muy interesante, gracias.