domingo, 8 de diciembre de 2019

El "lugar" de la Presencia de Dios


Homenaje a La Inmacula en la Plaza de España en Roma
“Pues todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que a través de nuestra paciencia y del consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza”. (Ro 15,4)

Así es, todos los pueblos intenta mantener memoria de su pasado, pero eso fue más importante que en ningún otro en el pueblo judío, porque Dios se le había aparecido en diversos momentos, indicándoles su voluntad y rectificando con claridad su mala conducta. No se quedaba en el afeamiento de sus actos, les marcaba el camino futuro a la vez que les pedía rectificar. Sucedió desde Adán en adelante.  Más aún, a través del Espíritu Santo, quiso que su historia quedara por escrito y fuera enseñada generación tras generación para no perder el recuerdo.

Las apariciones de Dios a algún hombre en la antigüedad lo rememoraba con algún monumento hecho con piedras acumuladas, pero con el tiempo se han perdido. En el caso de Moisés, no fue así porque Dios quiso que su presencia y su providencia sobre el pueblo, se guardase en la Tienda del Encuentro. Conforme el pueblo marchaba, la tienda iba con ellos, pero era la memoria de la presencia de Dios. Más tarde, el lugar del encuentro de Dios con nosotros y su recuerdo residirá en la Virgen María.

Moisés recibe la tablas de la ley, la voluntad de Dios expresada en palabras y escrita en piedra. Se guardarán en el Arca de la Alianza. Más adelante, no ya la palabra escrita de Dios sino su Palabra viva, su Hijo, será custodiada en el Arca viviente que fue el seno de la Virgen.

David llevará el Arca a Sión, el lugar preparado para que reposase. Gracias a ella, el monte Sión tendrá un enorme renombre entre los judíos. Allí Salomón construye el Templo e introduce embellecida el Arca. Templo y Arca son lugares de la presencia de Dios. Todos los judíos son espiritualmente hijos de Sión. Aunque no hayan nacido en ese monte, según el salmo 87 todos han nacido espiritualmente allí, Fulano y Mengano, viene a decir el salmo, pueden decir que han nacido allí.

Todos son hijos de Sión, lugar de la presencia, donde se ofrecen dones y sacrificios. Pero la hija predilecta de Sión es María, la Virgen. El lugar santo, mejor, la persona santa que es “lugar” de la presencia.

Según el Espíritu, la vida no iba a ser monótona, siempre igual. Habría una plenitud de los tiempos, que precisamente se cumple con la concepción de María nacida, según el proto evangelio de Santiago, de Joaquín y Ana, que vivían según la tradición junto a la piscina probática, a un costado del Templo. Allí está situada la Iglesia de Santa Ana, y los restos de la casa primitiva.

El resto de la historia es más conocido y sucede en Nazaret, estando desposada con José. El Ángel le anuncia y le pregunta si quiere ser la Madre del Salvador. Todas las promesas antiguas se van a cumplir en Ella. Ella será el “lugar” de la presencia de Jesús, el Salvador. Del mismo modo que los judíos debían ir a Jerusalén, sobre todo en las fiestas más importante, para poder adorar a Dios, también nosotros hemos de ir y volver a ir a María para encontrarnos con Él. Junto al Sagrario se suele colocar en todas partes una imagen de María. Mirándola se hace más fácil dirigir después la mirada al tabernáculo.

María, concebida sin pecado, Madre de Dios hecho hombre, es el  lugar seguro al que nos dirigiremos para poder estar tranquilo, seguros, con Dios Salvador.

El Papa suele hacer una Oración a sus pies (foto del años pasado)

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