viernes, 16 de marzo de 2018

Triunfa la verdad y el bien. Y quien lo profese y lo realice

El hombre no es un animal, le separa la razón. Meditar, por eso, es un acto propio de la persona humana.  ¿Y en qué meditar? En los temas que la vida nos va presentando, el día a día, la información que vamos adquiriendo ya sea familiar, de amigos, general. Meditar es relacionar ideas e intentar comprender el mensaje.

Orar, en concreto, es más bien intentar esa comprensión , pero con la ayuda que nos presta referir todo a Dios, y contar con su misma presencia. Él debe ser el que guíe la selección de temas, el que nos los haga comprender y quien nos ayude a sacar consecuencias. Por tanto, si el hombre piensa, también puede hacerlo acompañado. Si la persona que acompaña es de mejor calidad que la nuestra, aprovecharemos más. Si es el Espíritu Santo, aún más.

En el fondo, los auténticos temas interesantes vienen dados en la vida de Jesucristo. No todo cuanto nos pasa es parecido: pero sí el hilo conductor que lo enlaza todo y le da sentido. Lo que le ocurrió a Jesús es una muestra formidable para comprender qué puede suceder en una vida y cómo poder ir orientándonos en medio de lo que ocurre. La vida de Jesús es paradigmática, especialmente su venida a la tierra para acompañarnos, su crecimiento y relación con su familia, su trabajo, sus relaciones con discípulos y personas tan ajenas a Él como los entrometidos escribas y fariseos.


La vida de Jesús nos muestra como ser bueno no es nada fácil: se sufren tentaciones, enfrentamientos, pero también encuentros con personas buenísimas necesitadas de ayuda, de curación o de aliento.  Se aprende de qué modo la persona que practica el bien es acosada, injuriada, acusada falsamente, perseguida e incluso ejecutada de manera que quede clara la acusación que torcidamente se ha vertido sobre Él. Uno puede incluso morir ignominiosamente…, para resucitar luego glorioso.

El mal no puede triunfar porque la vida está construida sobre la verdad y el bien. Al final es necesario que el bien quede destacado y el mal quede desestimado plenamente, hasta el punto que sea contradictorio al bien. Dios es la Verdad, la Bondad, la Vida. Él triunfará gloriosamente y, con Él, quienes le han seguido fielmente a través de las dificultades.

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