Se busca líder, es decir, una persona capaz de pensar más y mejor que nosotros, con una visión de conjunto, con decisiones capaces de sacar adelante una colectividad. En fin, un líder.
Durante la historia han aparecido muchos líderes. Gente capaz de convencer, de arrastrar a las masas, de entusiasmar. Líderes que ni pintados para el momento presente, líderes facilmente reconocidos por todos.
La única pena es que han muerto. Bueno, en algunos casos hay que decir que 'menos mal', porque ser líder por mucho tiempo no es fácil. Tener razón siempre, convencer en todo momento, ser impecable, entusiasmar un día y otro, es imposible. Vaya, que no ha sucedido nunca.
Pero seguimos buscando líder. 'Aquí', allí está', 'no ese, aquél mejor'. 'Hoy ha estado superior, como no he escuchado a nadie en mucho tiempo.' 'Hoy ha estado más flojo, pero no siempre va a embaucar'. 'Se ha equivocado, pero a ver si rectifica'. 'Mejor que otros sí que es, es el mejor'.
En todos los pueblos de toda la historia se ha buscado líder, ha aparecido alguno, ha hecho cosas grandes -y algunas pequeñas-, se ha cobrado lo suyo, lo han pillado... Ha habido de todo.
Un líder no puede ser individualista. Cuando no se busca la verdad, comprender la realidad tal cual es, se adopta una verdad individual. Y las verdades individuales están como enlatadas, ahí se quedan para siempre, o hasta que se les acabe el contenido. El individualismo piensa en sí. Las personas de nuestros días, y las sociedades, se han convertido en individualistas. Y el individualismo es egoísta, es parcial, busca el bien propio hasta la opulencia, las ventajas particulares.
Según el Papa Francisco, -en quien me apoyo para decir todo esto-, tiende más a reivindicar para sí, que en colaborar con otros o para otros, que en buscar el bien de los demás. En esto ha caído Europa, las naciones, sociedades y muchos individuos de nuestros días. Aquella Europa grande, creativa, es ahora consumista, quiere más y más. No le importa mucho los otros, los necesitados, los huidos de las guerras, los emigrantes en busca de trabajo.
Israel también buscaba un Mesías, un líder de verdad. Los cristianos creemos que Jesucristo es un líder espiritual, que se interesa por las personas para incrementar su dignidad. De ese modo confía recuperar toda la actividad de que es capaz, el trabajo, la actividad familiar, económica, social, para el bien de todos. Y no nos acogota, no riñe, no obliga, nos deja libertad, iniciativa. Y no nos deja solos, nos aconseja, hasta nos alimenta, nos anima siempre, siempre, porque no nos dejará.
¡Ah!, no nos dejará. No es de los que 'pasan', de los que mueren. Sabe estar al día y promueve la generosidad. Le esperamos.
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