miércoles, 30 de abril de 2014

Primer día de mayo

La fiesta de San José Obrero inicia la cuenta de los días de mayo. He estado mirando el retablo del Oratorio de Maynagua, la Sagrada Familia reunida en adoración del Niño Jesús recién nacido. San José de pié, velando. La Virgen mira admirada y cariñosa al Niño. Y me ha salido del alma pedirle a San José que me ayude a estar muy cerca de la Virgen para poder saber tratar a Jesús lo mejor posible.

Mirar de reojo a la Virgen. Juan Pablo II nos sugería en el año 2002, en el que declaró un año mariano de octubre de ese año hasta el siguiente, "contemplar con María el rostro de Cristo". Pero para eso hay que mirar el rostro de la Virgen, a ver como era su contemplación. Y ahí entra San José, porque sabiendo que Jesús era el Hijo de Dios hecho hombre, y por tanto que lo más importante era mirarle y aprender los detalles de su divinidad humanizada, sin embargo allí estaba María, haciendo lo mismo pero mucho mejor, más atenta, con más cariño, totalmente absorbida en los movimientos y las primeras sonrisas de su Hijo.

Juan Pablo II se refería al rezo del Rosario: "El Rosario, comprendido en su pleno significado, conduce al corazón mismo de la vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda, espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva evangelización". En ella estamos, por tanto un buen instrumento que nos prepara y nos pone en forma espiritual es el Rosario.

"El motivo más importante para volver a proponer con determinación la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente válido para favorecer a los fieles la exigencia de contemplación del misterio cristiano".

"Con el trasfondo de las Avemarías pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo... Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluis en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo."

Y todavía: "El Rosario aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico".

No es poco lo que nos decía el nominado recientemente santo. Ya lo sabemos, solo falta practicarlo.


1 comentario:

Juan Pedro dijo...

Hoy mismo hemos comenzado a rezar en familia el rosario. Lo haremos en las fiestas, que hay más tiempo, después de comer. Es voluntario rezarlo y rezarlo entero o no, pero todos han respondido. Creo que les atrae quedarse las intenciones, bien buscadas y que les afecten.