sábado, 14 de diciembre de 2013

San Juan de la Cruz (Juan de Yepes Álvarez), nació en Fontiveros, Ávila, el 24 de junio de 1542 y murió en Úbeda, Jaén, el 14 de diciembre de 1591. Fue cofundador de la Orden de Carmelitas Descalzos junto con Santa Teresa de Jesús. 

Fue beatificado en 1675 por Clemente X y canonizado por Benedicto XIII en 1726. Años después, el 24 de agosto de 1926, Pío XI lo proclama Doctor de la Iglesia Universal. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española.

Tiene un poema menor, en cuanto a la forma pero grandioso si consideramos su contenido, que anima a la oración con Dios. La humildad de la persona se ve superada por la ayuda que Dios le presta en su deseo de que pueda comunicarse con Él. Y, por otra parte, se acepta que en esta vida apenas podemos llegar por la fe hasta Dios, pero llegamos, porque Él lo quiere. Podemos saber de Él y ser reconfortados, aunque nuestra condición humana actual requiera de un intento continuado cada día. No tengo que explicar que "la caza" a la que alude es "conseguir" ese trato con Dios.

Hoy, 14 de diciembre, día en el que celebramos su fiesta, te invito a hacer oración con este poema. 


Tras un amoroso lance
Y no de esperanza falto
Volé tan alto, tan alto, 
Que le dí a la caza alcance.

Para que yo alcance diese

A aqueste lance divino
Tanto volar me convino
Que de vista me perdiese;
Y con todo en este trance
En el vuelo quedé falto;
Más el amor fue tan alto
Que le dí a la caza alcance.

Cuando más alto subía

Deslunbróseme la vista
Y la más fuerte conquista
En oscuro se hacía; 
Más por ser de amor el lance
Dí un ciego y escuro salto
Y fui tan alto, tan alto,
Que le dí a la caza alcance.

Cuanto más alto llegaba

De este lance tan subido
Tanto más bajo y rendido
Y abatido me hallaba; 
Dije: no habrá quien alcance,
Y abatíme tanto, tanto,
Que fui tan alto, tan alto,
Que le dí a la caza alcance.

Por una extraña manera

Mil vuelos pasé de un vuelo, 
Porque esperanza de cielo
Tanto alcanza cuanto espera; 
Esperé solo este lance
Y en esperar no fui falto,
Pues fui tan alto, tan alto
Que le dí a la caza alcance.

1 comentario:

Ignacio dijo...

La fuerza de la poesía de este santo reside en su profunda verdad, en como nos pone en comunicación directa con Dios. Es impresionante como toma imágenes de la naturaleza y las convierte en imágenes de nuestra relación con Dios. Su llamada, su fortaleza, es la nuestra. Gracias por recordarlo en este día de su fiesta.