lunes, 21 de enero de 2013

Un capitán de 15 años

El título de la novela de Julio Verne me sugiere la toma de conciencia que muchos hemos de tomar en estos días que corren. Siempre nos han sacado las castañas del fuego, otros han defendido la ciudad, el ambiente ha sido salvaguardado por valientes...

Y, héteme aquí que, estamos en un barco. Qué todos los tripulantes han desaparecido. Han perecido cumpliendo con su deber, trabajando, luchando esforzadamente contra una ballena poderosa que les ha vencido.

Pero que no ha destruido a todos, porque en el barco está el cocinero, la señora con su hijo y los cuatro náufragos que nada saben de navegación. El único que sabe lo que es la proa y la popa, babor y estribor, el palo mayor y el timón, el norte y el sur y... poco más, es el grumete. Es decir: ¡yo!

Y sé algo porque tuve unos buenos padres, un buen capitán, y un poquito de aprendizaje activo. Pero el resto de la tripulación no tiene ¡ni idea! Eso sí, se ponen a la orden: -¡Mándame!, ¡mándanos!

Qué fácil. -Mándame y yo lo hago.

¿Mándame? ¿Quién manda? Tú, aunque seas un grumete y aunque tengas 15 años. Porque esa no es la cuestión. La cuestión es que estamos en alta mar, en plena travesía, que hay tempestades, que los buenos marineros han muerto, que la tripulación que queda está formada por personas buenas, inocentes, honradas, que el cocinero es un malvado... y que el único que sabe algo de casi nada soy yo.

Delante de Dios, acepta el ascenso de categoría: de grumete a capitán. Y adelante con tu familia, con tu mujer o tu marido y tus hijos; enséñales a orar, a hablar con Dios, de tú a tú; trasmíteles tu fe; está atento a la formación que les dan a tus hijos los profesores en la escuela o en el centro público: entérate y reacciona en consecuencia; mira a ver cómo se abren paso tus hijos en el mundo con los amigos, los juegos y las redes sociales; interésate de tu entorno social, de tu ambiente; interviene, ayuda a los que mandan algo para que manden bien... Otea el horizonte y adivina las oportunidades y los peligros...

Sé un héroe, aunque seas grumete, aunque tengas 15 años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo!

Anónimo dijo...

Me parece un buen aprovechamiento del tema de la novela. Un buen estímulo para la vida personal.