lunes, 22 de octubre de 2012

¡Rechacemos quedar inactivos!

Año de la fe, no sólo de la fe proclamada, sino también de la fe vivida y difundida. Esta frase, muy aproximada a la pronunciada por el Papa, nos debe hacer pensar en presencia del Señor. Porque difundir la fe solo será posible como resultado de una vida de fe.

"Soñad y os quedaréis cortos", decía san Josemaría. "Soñad", ¿que quiere decir? Los caminos de los sueños siempre son imprecisos, pero el sueño predispone. Quedémonos con los buenos sueños: predisponen a realizar cosas improbables pero posibles. Posibles no al pie de la letra, pero sí de modo parecido. Aventuras, hazañas, logros, éxitos...

Siempre hay caminos por recorrer
Soñad qué puede querer el Señor de nosotros, por donde nos llevará si le seguimos de cerca queriendo hacer su voluntad. "Ocupémonos del apostolado desde la virtud de la fe", nos anima el Prelado. "No debe menguar nuestro diario fiarnos del Señor". Ocuparnos del apostolado es ocuparnos de las personas. Si el Papa no creyera firmemente que Dios quiere llegar a todos los hombres para que se salven, no podría
desempeñar su función ni tendría ánimos para ello. No condenemos demasiado pronto a la gente, no nos hundamos en el pesimismo.

A nosotros nos toca intentar, por un sitio y por otro, llegar a las personas, sencillamente. A su intimidad, para removerlas con la gracia del Espíritu Santo. Es verdad que se ofende mucho al Señor: "Hijos míos, nos daremos cuenta de la continuidad y urgencia de ese desagravio, precisamente, por el apostolado personal que realicemos". Al acercarnos a los ambientes en los que otros viven, quizás toquemos mala intención y maldad, aunque muchas veces realizada por ignorancia, porque no saben otra cosa. No les han enseñado nada mejor. También nosotros podemos cometer errores  y ofensas al Señor y a los demás. No somos mejores que otros... ¡pero, hoy por hoy estamos cogidos a la mano del Señor!

"Rechacemos toda posibilidad de permanecer inactivos", cada uno en su puesto, en su ambiente, acudamos a difundir la fe. Como los primeros cristianos, hagámoslo de la mano de la Virgen, la primera cristiana, la primera persona transformada por la fe, la persona más cercana a Dios a través de Jesús, realizadora de la voluntad de Dios. "Bienaventurados quienes oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica." Es la alabanza a la Madre, ojalá sea también la alabanza a sus hijos, a nosotros.

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